Saturday, 15 March 2014

Las células madre son clave para el mantenimiento de la homeostasis de los tejidos y órganos maduros y funcionales. Se auto-renuevan y producen descendencia para reponer a las células dañadas o muertas durante toda la vida de un organismo. Debido a estas características, las células madre se le consideraba tradicionalmente por ser inmortal y exenta de envejecimiento. Sin embargo, una capacidad reducida para reparar los tejidos y un aumento de la susceptibilidad al cáncer durante el envejecimiento, indica que las células madre pueden sufrir un deterioro funcional relacionado con la edad.
La biología de las células madre es un campo en rápido crecimiento que explora las características y posibles aplicaciones clínicas de la diversidad de células madre que sirven como progenitoras de tipos celulares más diferenciados. Además de las potenciales aplicaciones terapéuticas, las células madre derivadas de pacientes pueden utilizarse como modelos de enfermedad y como una alternativa para valorar la eficacia de un fármaco. Las células madre y su nicho se están convirtiendo en el centro de atención de la investigación médica porque desempeñan funciones clave en la homeostasis y reparación de tejidos y órganos, que son puntos importantes de la enfermedad y el envejecimiento.
Aún no se ha establecido la definición de células madre. Originalmente, se planteó a las células madre como células inespecíficas o indiferenciadas que proporcionaban una fuente para la renovación de células de la piel, del intestino y de la sangre a lo largo de la vida. Estas células madre residentes se han identificado en una diversidad de órganos (p. ej., epitelio de la piel y del aparato digestivo, médula ósea, vasos sanguíneos, cerebro, músculo estriado, hígado, testículo y páncreas) basándose en su localización específica, morfología y marcadores bioquímicos.
La identificación inequívoca de las células madre necesita de su separación y purificación, que se basa de manera general en una combinación de marcadores de superficie celular específicos. Estas células madre aisladas [p. ej., células madre hematopoyéticas] se pueden estudiar en detalle y utilizarse en aplicaciones clínicas tales como el trasplante de médula ósea. Sin embargo, la falta de marcadores de superficie celular específicos para otros tipos de células madre ha dificultado su aislamiento en grandes cantidades. Este desafío se ha tratado parcialmente en modelos animales mediante diferentes tipos celulares marcados genéticamente con proteína verde fluorescente dirigida por promotores celulares específicos. De manera alterna, se han aislado células madre putativas de diversos tejidos como células de población lateral utilizando el ordenamiento de células activadas fluorescentes después de teñirlas.

Es posible cultivar y expandir a las células madre in vitro para obtener una cantidad suficiente para su análisis y potencial uso terapéutico. El número y tipo de células madre en cultivo ha aumentado de manera progresiva, a pesar de que la derivación in vitro de este tipo de células ha sido un gran obstáculo en su biología. Las células madre en cultivo que se originan de células madre residentes, con frecuencia se denominan células madre adultas para distinguirlas de las células embrionarias (ES, embryonic stem) y de las células germinales embrionarias (EG, embryonic germ). Sin embargo, considerando la existencia de células madre específicas de tejido, derivadas del embrión [p. ej., las células madre del trofoblasto (TS, trophoblast stem cells)] y la posible derivación de células similares de un embrión/feto [p. ej., las células madre neurales (NS, neural stem)], es más apropiado utilizar el término células madre hísticas.

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